domingo, 25 de octubre de 2015

EL SONIC 2 DE LA MASTER SYSTEM Y EL HYPE


Hola a todos. Espero que hayáis pasado un buen fin de semana y que el sábado por la noche recordaseis sincronizar vuestros relojes con el horario de invierno. Bueno, dicho esto, vamos al lío. En esta entrada del blog voy a hablar de la primera vez que sentí hype por un juego.









Lo primero que hay que definir que es el “hype” en lo que se refiere al mundo videojueguil. Para que os aclaréis. No es nada más ni nada menos que las ganas por tener y jugar a un título, preferiblemente a uno que aún no ha salido a la venta. Las expectativas por algo que te apetece mucho suelen estar por las nubes y en tu fuero interno deseas que ese juego te sacie.

A la vista esta, luego pueden suceder dos cosas. Siendo extremistas, claro. Esas dos posibilidades son que el juego haya colmado esas ansias que tenias de disfrutarlo y que sientas que has acertado plenamente al elegirlo. La otra es que te lleves una decepción descomunal y que el producto escogido acabe siendo un truño del quince. Por Supuesto, hay un término medio y es posible que el producto te guste pero no tanto como esperabas.

Aclarado lo que es el hype, voy a poneros un poco dentro de mis zapatos.  Cuando era un tierno infante de unos 6 o 7 años mis padres me regalaron la Master System, esa bestia parda de 8 bits de Sega. La consola me proporcionó mis buenas horas de diversión sin límite con títulos tan meritorios como Psycho Fox, Time Soldiers, YS, Chuck Rock… Pero todos eran títulos que ya estaban a la venta en el momento de yo poseer la videoconsola, así que no pude sentir hype alguno por su salida al mercado.

Por la época yo compraba esporádicamente (siempre que mi paga me lo permitía) la Hobby Consolas, la archiconocida revista de videojuegos. Eran otros tiempos, Internet no se encontraba tan implantado como ahora, no había millones de páginas en la Red dedicada a hablar del tema y si querías estar medianamente informado del medio la única opción más o menos viable era acudir al kiosco y comprarte la Hobby.

No es ningún secreto que lo que partía la pana en la época en la era de los 8/16 bits era los videojuegos de plataformas. Así como en la actualidad lo que se prodigan son los juegos de mundo abierto y hace unos pocos años eran los shooters en primera persona, los juegos de scroll lateral de plataformas en 2D eran los reyes por aquel entonces. Y en las páginas de un ejemplar de cuyo número no quiero acordarme de la Hobby Consolas me encontré con un título que consiguió que los ojos se me abriesen como platos: Sonic 2 para Master System.









Ya había jugado al primer Sonic de la MS gracias a que un compañero de clase me había prestado el juego. Si, estaba bien el título, me lo pase bien y lo disfrute. Pero no recuerdo que el primer Sonic de la Master System me impactará especialmente. No estoy diciendo que no fuese un buen juego, que lo es y mucho. Simplemente que no me impactó tanto como otros juegos de la máquina de Sega.

En cambio, la segunda entrega si logro ponerme los dientes largos gracias a un reportaje de la Hobby Consolas. Lo que más me llamo la atención fue la evolución de la jugabilidad y la gran variedad que prometí. En el Sonic 2 de la Master System podías manejar al personaje montado en ala delta en algunas fases, podía ir en vagoneta por minas subterráneas… Eso me sorprendió, ya que la revista parecía anunciar que podías encontrarte con situaciones diferentes en determinadas fases.

Otra cosa que me gustó de aquel análisis es el diseño de los enemigos. Puede ser que en la actualidad ciertos diseños estén más vistos que el Assasins Creed, pero hace más de veinte años destacaba un título repleto de bosses tan currados como el cerdo que salía en el Sonic 2, el pájaro/gallina mecánica y sus pollulos, aquel Sonic de Plata… Eran enemigos que captaron mi atención y ansiaba poder patearles el trasero.

También lo que mostraron del diseño de los niveles estaba realmente bien. Una fase submarina (no pueden faltar en los juegos de plataformas, para bien o para mal), una pantalla en la luna, otra en las ruinas griegas… Os parecerá una tontería, pero para un niño pequeño esa selección de escenarios era de lo más atrayente, todo un recorrido por variadas fases.

No recuerdo la fecha exacta en la que leí ese número de Hobby Consolas, pero a ojímetro se que  faltaban un par de meses para mi cumpleaños. Si bien hasta el momento los juegos que había ido adquiriendo para mi Master System ya se encontraban en el mercado y no había tenido que esperar a su salida para poder comprarlos (Más bien esperar a juntar dinero para poder comprarlos, toda una hazaña en aquella época, pero esa es otra historia).











Como acabo de comentar, mi cumpleaños estaba a escasos meses y casualmente la fecha de venta del juego apenas eran un par de días antes. Ni que decir tiene que había encontrado el regalo ideal que iba a pedir a mis padres para ese año. Tras insistir e insistir, accedieron a regalármelo.

No os podéis ni imaginar la odisea que fue encontrar una copia del Sonic 2 en mi ciudad. No es como ahora que las novedades videojueguiles de los grandes lanzamientos se encuentran por doquier y rara es la tienda que tiene mil copias del último lanzamiento de moda. Tampoco había un Amazon que me solventase la papeleta enviándome el juego a casa. No, damas y caballeros. Tuve que patearme toda la ciudad , recorriendo no menos de media docena de establecimientos habituales de videojuegos, todos ellos con nefasto resultado.

La salvación vino de la mano de una tienda, en un ejercicio muy misterioso de casualidad. Se trataba de una tienda de electrodomésticos que además tenía la virtud de vender juegos y consolas. Ahora bien, lo pintoresco es que ese establecimiento lo había descartado de mi lista de sitios que mirar debido a una peculiaridad: Solo tenían juegos de Nintendo y claro, eso hacia imposible que tuviesen el Sonic 2 de la Sega Master System. ¿Imposible? Por raro que parezca, entramos mi padre y yo al comercio, derrotados de no encontrar el cartucho por ningún lado. ¿Y que nos encontramos allí? Pues lo que era de esperar. Un montón de juegos de consola, pero todos de la Nes, la Nintendo de 8 bits. ¿Todos? No, todos no. Por descabellado que parezca, había un único juego que pertenecía a la Master System. Y ese juego era mi anhelado Sonic 2 de Master System. Si, por increíble que parezca, es completamente cierto: Tras recorrer la ciudad con desastrosos resultados, encontré el cartucho en una tienda especializada en Nintendo, siendo ese el único juego de otra consola que tenían. Como de cuento, oigan.

Todo esto fue en el mismo día en el que iba a celebrar en casa mi cumpleaños con mis amigos, compañeros de la escuela etc. No quiero sonar como una persona cruel, pero aunque disfrutaba mucho de su compañía y era un privilegio que viniesen a casas para celebrarlo (con la típica merienda que se estilaba, de gusanitos rojos y bocadillos de pan bimbo con nocilla) ya tenía ganas de quedarme a solas para disfrutar en soledad de mi amada nueva adquisición. Cosas de la niñez, muy probablemente lo que hubiera hecho hoy en día hubiese sido enchufar la consola y que mis amigos de la niñez también hubiesen compartido la experiencia conmigo. Pero estoy divagando…

Dicho todo esto, ¿qué creéis que paso cuándo metí en la Master System mi ansiado cartucho de Sonic 2? ¿Qué me defraudo el juego o que me encantó? Pues lo segundo y de qué manera. Aquello era la gloria bendita. Los gráficos eran de lo mejor que había visto para mi consola, las melodías eran arte puro y ,sobretodo, la jugabilidad era una delicia. No quiero ni saber la de horas en mi haber que habré dedicado a ese maravilloso juego, el cual es para un servidor un must have del género de las plataformas. 









Si ya esperaba mucho del juego, la experiencia ofrecida era superior a mis expectativas. Se ha criticado mucho a la Hobby Consolas, pero con el corazón en la mano os digo que con las previews que ofrecieron del Sonic 2 acertaron de llenos. El juego entro en el Olimpo de mis preferidos forever and ever y si bien no es mi número uno de mi lista personal de la Master System (Ese honor recae en el imbatible Psycho Fox), si entró muy alto en los galadornes de mis preferencias personales. Casi 25 años más tarde, sigue siendo mi título preferido de la saga Sonic, al cual continuo jugando de cuando en cuando. 

Y esa fue mi primera experiencia con el Hype. No fue la última, como se puede imaginar todo Gamer, aunque afortunadamente tuvo un final más que feliz. No como sucede hoy en día, donde se corren altos riesgos de llevarse una desilusión (Si, te miro a ti, Assasins Creed Unity).

Para los interesados en jugarlo a día de hoy decir que pueden encontrarlo en:

-         Su baúl de los recuerdos, desempolvando sus Master System

-         Recurriendo a emuladores (la opción que menos recomiendo, la experiencia no es exactamente la misma)


-         La E-Shop tanto de la Wii, como de la Nintendo 3DS (aunque en este segundo caso es la versión de Game Gear, la cual salvo algunos cambios mínimos es básicamente la misma que la de la Master System). 


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